Rochester, Minnesota - Después de haber sacado a la luz que más del 50 por ciento de los médicos estadounidenses sufren de agotamiento, los investigadores de Mayo Clinic ahora han identificado algunas soluciones que sirven para prevenir o reducir dicho desgaste profesional en todo el mundo. Los resultados muestran que algunos métodos actualmente en uso son eficaces y que marcan una diferencia. El artículo se publica en la revista The Lancet.

Los científicos identificaron más de 2600 artículos investigativos que tratan sobre los resultados y métodos para abordar el agotamiento de los médicos. Descubrieron 15 ensayos clínicos aleatorios y 37 cohortes de estudio, los cuales colectivamente incluyeron a más de 3600 médicos.

“Se llevó a cabo una extensa búsqueda y se comparó la eficacia de las intervenciones en toda una gama de resultados sobre agotamiento. Quedó claro que tanto las estrategias personales como los métodos organizacionales estructurados sirven para lograr reducir el desgaste de forma clínicamente significativa”, comenta el autor principal, Dr. Colin West, doctor en medicina e investigación.

Entre las estrategias personales, enfocadas y eficaces están: aprender a concienciar la realidad, capacitarse en controlar el estrés y mantener pequeñas sesiones grupales. Los cambios organizacionales que parecen funcionar incluyen limitar las horas laborales de los médicos y realizar una gama de cambios en el proceso de brindar atención médica en hospitales y clínicas.

Mayo Clinic ha venido aplicando algunos de esos métodos con efectos notorios, entre ellos, sesiones grupales de interacción en las que la institución paga por un almuerzo mensual para pequeños grupos de médicos a fin de que puedan hablar confidencialmente entre sí sobre sus experiencias, según un currículo estructurado.

Los científicos dicen que es necesario investigar más, a medida que los estudios de observación publican más datos y que todavía es necesario validar muchas de las soluciones. Además, el efecto de la combinación de las intervenciones y sus ventajas a largo plazo deben servir de punto central para más estudios.

Otros autores del artículo son la Dra. Liselotte Dyrbye y el Dr. Tait Shanafelt (ambos doctores en medicina) y Patricia Erwin (científica de laboratorio). La investigación contó con el apoyo del Instituto de Investigación de la Fundación Arnold P. Gold y con el de Mayo Clinic.